¿Te has preguntado si alguna vez un lago se haya sentido mejor que el mar porque es más tranquilo?, o si ¿alguna vez el mar se haya sentido más que los lagos porque es colosal en tamaño?, o que alguien haya dicho, que una montaña es más importante que un cerro porque es mas alta? ¿Crees que en la naturaleza o en el universo, hayan objetos que vivan comparándose?
Sería al menos ridículo pensar en cosas como esas, ¿no crees?, bueno y si eso es así, entonces me pregunto ¿porqué nosotros lo hacemos? hay quienes pierden su existencia comparándose unos con otros. Pero los humanos parecemos tener un hábito muy difícil de romper. Muchas veces basamos equivocadamente nuestro estado de ánimo, nuestras ganas de tener más, nuestras ganas de ser según nosotros “mejores“, y hasta nuestra forma de ser, en el resultado de compararnos con los otros. Lo más lamentable es que esas personas aún no se dan cuenta, que siempre va haber alguien más hermoso, más talentoso, más fuerte, más inteligente, con más dinero, con más “poder” o aparentemente más feliz de lo que tú eres. Y también siempre habrá aquellos que tengan menos o que “sean menos que tú” en esos aspectos.
Si buscas saber quien eres, como vivir la vida, cuan bueno seas, o como buscar la felicidad… el camino no es que te compares con otros, sino que en tratar de ver si estás realizando tu propio potencial de la mejor manera que sabes.
Si deseas vivir tu vida de una forma un poquito mejor, no dudes en mirar a tu alrededor, no con tus ojos, sino que con tu “alma, energía, espíritu” como desees llamarle, y podrás ver que todas las personas conformamos una unidad armónica, te darás cuenta que todos somos necesarios, aunque te cueste ver, descubrirás que todos se complementan, que de una forma u otra cada persona encaja con la otra.
En la realidad da lo mismo si alguien es más alto o más bajo, más gordo o más flaco, más rico materialmente hablando o más pobre que otros, más conocido o menos conocido, lo único importante es que.
Cada uno de nosotros es incomparablemente único
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